Aunque en Pamplona es bien conocido el origen del nombre del Paseo Pablo Sarasate, muchos habitantes de la capital navarra desconocen por qué esta zona del centro de la ciudad es también referida como Paseo de Valencia.
Esta amplia plaza, situada en el corazón de la ciudad y que conecta la parte antigua con el Primer Ensanche, es un epicentro de la vida local. En su área central, se llevan a cabo exposiciones, eventos y acoge cada año desde mayo la tradicional Tómbola de Cáritas de San Fermín, convirtiéndose en un punto vital para los pamploneses.
El acceso principal a la sede del Gobierno de Navarra, el Parlamento de Navarra e incluso la antigua sede del Banco de España se encuentran en el Paseo de Sarasate, subrayando así su importancia dentro de la estructura urbana.
Además, este paseo alberga la estatua de los Fueros, símbolo de gran valor histórico y orgullo para los navarros.
Desde finales del siglo XIX este lugar de Pamplona es un paseo muy similar al que conocemos hoy en día, pero no fue hasta principios del siglo XX cuando comenzó a denominarse paseo de Pablo Sarasate, en honor al conocido violinista nacido en la calle San Nicolás en 1844 y que falleció en Biarriz en el año 1908 a los 64 años de edad.
Poco antes de su muerte, Pamplona ya puso el nombre oficial al paseo, que hasta la fecha no tenía denominación oficial, aunque todos los vecinos de la ciudad lo conocían como paseo de Valencia.
¿De dónde viene este curioso nombre? ¿Qué relación guarda Valencia con Pamplona? ¿Por qué hay personas en Pamplona que siguen hablando del paseo de Valencia?
Realmente no hay datos exactos sobre cuál es el origen correcto, pero el doctor José Joaquín Arazuri, en su extensa obra sobre los nombres de las calles y barrios de Pamplona, ofreció una explicación que podría tener todo el sentido.
Antiguamente existía un importante escribano en la ciudad cuyo nombre era Prudencio Valencia, cuyo despacho se encontraba en el paseo, entre las calles Lindachiquía y Comedias. Casi todos los vecinos tenían que acudir en algún momento por motivos administrativos y los pamploneses comenzaron a denominar al paseo con el nombre de Valencia, allí donde se encontraba el despacho del escribano.
Según la misma fuente, en 1903 se decidió poner el nombre oficial de Pablo Sarasate, aunque ello no hizo que muchas personas siguieran usando el nombre con el que se habían referido siempre a la calle, como paseo Valencia.
La confusión se incrementó cuando el Ayuntamiento, durante un breve espacio de tiempo en los años 70, decidió oficializar el nombre de Valencia, aunque pronto volvió a recobrar su denominación de paseo de Sarasate.
PABLO SARASATE
El nombre de Pablo Martín Melitón de Sarasate y Navascués resuena con fuerza en los anales de la música clásica del siglo XIX. Nacido el 10 de marzo de 1844 en Pamplona, este virtuoso del violín, compositor y director de orquesta dejó un legado imborrable en el panorama musical romántico.
Hijo del músico militar Miguel Sarasate Juanena y de Francisca Javiera Navascués Oarriechena, su infancia transcurrió entre las calles de San Nicolás de la capital navarra. Bautizado en la iglesia del mismo nombre, Pablo de Sarasate fue el hermano mayor de Micaela y la escritora Francisca Sarasate y María.
No fue sino hasta el 11 de julio de 1878 cuando se añadió «Pablo» a su nombre, previamente conocido como Martín Sarasate. Sin embargo, su talento ya había sido reconocido mucho antes, destacando con el primer premio de violín otorgado por el Conservatorio de París el 8 de diciembre de 1857.
La vida y obra de Pablo de Sarasate continúan inspirando a generaciones de músicos, mientras que su legado perdura como un tributo a la excelencia artística y las raíces navarras en el escenario mundial de la música clásica.
En el año 1900, Pablo Sarasate adquirió la «Villa Navarra» en Biarritz, ubicada en el barrio Le Gaz, en el camino hacia el faro. Esta adquisición, valuada en 80.000 francos, se convirtió en su refugio habitual a partir de 1901, donde descansaba tras sus agotadoras giras y conciertos. Fue en este lugar donde falleció a las ocho y cuarto de la noche del 20 de septiembre de 1908, a causa de una enfermedad pulmonar, a la edad de 64 años.
Durante tres días, entre el 21 y el 24 de septiembre, su cuerpo fue expuesto en «Villa Navarra», antes de ser trasladado a Pamplona. A las ocho de la noche del mismo día, los restos mortales de Sarasate llegaron a Pamplona en tren. El féretro fue llevado a la casa consistorial, transformada en capilla ardiente para recibir a los dolientes. Al día siguiente, por la mañana, el cuerpo fue trasladado al cementerio municipal de San José, acompañado por miembros del Orfeón Pamplonés.
Desde 1879, el año de la fundación de la Orquesta Pablo Sarasate, el músico descansa en su panteón en el cementerio municipal de San José. Cada 1 de noviembre, en honor a su memoria, la corporación municipal deposita una corona de flores en su sepultura, se celebra un homenaje musical y se reza un responso.
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